Fósiles

Huevos de dinosaurio: fósiles extraordinarios

Por el Dr. Roberto Biaggi

En 1859, en el sur de Francia, ocurrió un descubrimiento paleontológico asombroso: encontraron varios trozos grandes de cáscaras de huevos de dinosaurios. Lamentablemente, el que los descubrió, un naturalista amateur, el padre Pouech, pensó que tal vez pertenecían a un ave gigante, pues había calculado que los huevos enteros podrían tener unos 18 cm de diámetro. Por lo tanto, recién se reconocieron como huevos de dinosaurio muchos años después, en 1936.

El descubrimiento de un equipo de investigadores del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York que trabajó en Mongolia en 1923, es considerado el primer descubrimiento científicamente reconocido de huevos de dinosaurio, concretamente, de un Oviraptor.

Y así es como se inicia una historia fascinante dentro de la Paleontología: el descubrimiento de estos fósiles singulares, los huevos de dinosaurio.

Hasta ahora los paleontólogos han encontrado muchos huevos de dinosaurios en todos los continentes (excepto en la Antártida). Estos fósiles especiales revelan características sorprendentes de la reproducción de los dinosaurios y también de otras especies que pusieron huevos hoy fosilizados.

Existen cerca de 250 localidades alrededor del mundo donde se han encontrado huevos de muchas especies de dinosaurios. Por supuesto, todos los hallazgos se encuentran en estratos del Mesozoico, es decir, las capas terrestres donde se encuentran los huesos, esqueletos y rastros de dinosaurios).

Los primeros huevos de dinosaurios que aparecen más abajo en la columna geológica se hallaron al sur de la Patagonia, en América del Sur. Se cree que pertenecían a Mussaurus. También se hallaron en Sudáfrica (Massospondylus) y en China (Lufengosaurus). Un poco más arriba en los estratos va aumentando el número de especies de huevos hasta alcanzar su máximo número en la parte superior del Cretácico.

En algunos sitios se encuentran muchísimos fragmentos de cáscaras de huevo, como también diferentes cantidades de huevos enteros. En varios lugares se ha calculado que debe haber miles o cientos de miles de huevos, como en Auca Mahuevo, Neuquén, Argentina. En cierto lugar de España se estima que hay como 300.000 huevos y en otro sitio de Kyrgyzstán, potencialmente millones. Así de extensos son algunos de estos depósitos con huevos de dinosaurio.

Los dinosaurios ponían huevos de varias formas y tamaños. Algunos eran esféricos y otros ovoidales o alargados. Y su diámetro variaba desde menos de 5cm de diámetro hasta 60cm de longitud. A su vez, las cáscaras calcáreas varían su espesor, desde 0,25mm hasta 6mm.

Lo normal es que las cáscaras de los huevos tengan una capa sólida de carbonato de calcio; sin embargo, un artículo científico reciente describe que algunos huevos de dinosaurio no tenían una cáscara sólida, sino una membrana blanda, semejante a los huevos de algunos reptiles actuales. Actualmente se sabe que la formación de la cáscara de los huevos puede verse afectada por ciertas patologías. Por ejemplo, a veces se producen capas adicionales de cáscara. Esto se ha verificado también en ciertos huevos fósiles. Esa anormalidad no permitiría el desarrollo normal del embrión y se atribuye posiblemente a una situación ambiental que causó estrés en la hembra al poner sus huevos.

Aunque muchas veces los huevos aparecen amontonados o desparramados, posiblemente por acción de inundaciones que los sepultaron con sedimento; otras veces se han conservado los nidos, en los cuales la puesta de huevos (desde pocos hasta como 40 por nido) expone un arreglo en capas o círculos, con diferentes orientaciones.

Otras veces, los hallazgos han sido sorprendentes. Algunos han revelado embriones dentro de los huevos, por ejemplo, en hallazgos de Sudáfrica, Mongolia, China y Montana (Estados Unidos). Este último hallazgo es conocido como la Montaña del Huevo, y presenta huevos con embriones de Maiasaura, juveniles y adultos. Otro maravilloso hallazgo se ubica en el espectacular Auca Mahuevo, provincia de Neuquén, Argentina. En él hay huevos con embriones de titanosaurios, con su piel conservada. Este hallazgo es el primer descubrimiento de embriones de dinosaurios en el Hemisferio Sur. La conservación de los embriones en el huevo es realmente fantástica.

Pero, ¿qué hacían los dinosaurios en el medio del diluvio caminando kilómetros y poniendo tantos huevos en tantos lugares alrededor del mundo? Las evidencias son bastante claras. Muchos huevos fueron enterrados en tan grandes extensiones por inundaciones que arrastraron barro y arena cubriéndolos y conservándolos. Solo eventos catastróficos y muy extensos pudieron provocar esto.

La tremenda cantidad de huevos se puede explicar como una reacción de los dinosaurios ante un posible estrés medioambiental y como un reflejo de supervivencia ante una catástrofe. Esto confirmaría condiciones globales inusuales.

Es evidente que la catástrofe global que llamamos diluvio fue un evento muy complejo. Muchos animales como los dinosaurios permanecieron vivos durante la primera fase (la que corresponde a rocas del Paleozoico) y luego llegaron a estas zonas ya afectadas por el diluvio en las que dejaron sus rastros, huevos y esqueletos, como recordativo de esta catástrofe excepcional de carácter global que afectó la tierra y sus habitantes.

Y así, una vez más, se confirma la veracidad de las Escrituras.