Las producciones cinematográficas como “La Era de Hielo” han abonado la idea de que los periodos glaciales se extendieron por cientos de miles de años. Es verdad que existen evidencias de que hace muchos años los glaciares cubrieron grandes áreas de Norteamérica y del noroeste de Europa; pero ¿cuánto tiempo duraron exactamente? ¿Fueron varias glaciaciones, como afirma la mayoría de los geólogos, o fue solamente una?
Causas. Según el Dr. James Gibson, director del Geoscience Research Institute, una de las mejores hipótesis para la glaciación es la de Michael Oard. Él propone que, inmediatamente después del diluvio y debido a la liberación de las aguas bajo presión de las “fuentes del gran abismo”, la temperatura de los océanos era mayor (ver Génesis 7:11). Esta situación facilitó la evaporación y produjo precipitaciones abundantes en forma de nieve en las regiones más cercanas a los polos. Por otra parte, las actividades volcánicas lanzaron mucho polvo a la atmósfera y mantuvieron los veranos fríos, aumentando la precipitación e impidiendo el derretimiento de la nieve y del hielo. Cuando el suelo quedó cubierto de nieve, pasó a reflejar más la radiación solar. Eso habría enfriado aún más el aire y acelerado el proceso. Después de varios cientos de años, el océano se enfrió lo suficiente como para disminuir la precipitación de más nieve. La actividad volcánica declinó también, permitiendo que los veranos llegaran a ser más calientes, provocando el derretimiento del hielo.
En su libro O Mundo Já Foi Melhor [El mundo ya fue mejor], Harry J. Baerg agrega: “De acuerdo con las estadísticas realizadas por William J. Humphrey, profesor de Física y Meteorología, tres o cuatro veces el número de volcanes activos, bloqueando el paso del calor solar, podrían reducir la temperatura promedio de la atmósfera lo suficiente como para traer otra era glacial” (p. 66). Y existen evidencias de que en el pasado, en cierto momento de la historia, hubo mucho más actividad volcánica.
Otro requisito importante para una glaciación es la humedad abundante. “Debe haber una enorme precipitación de nieve para la formación de vastos campos. Cuando la tierra apareció lentamente de las aguas del diluvio, grandes lagos fueron represados detrás de barreras de material apilado. Ellos deben haber proporcionado parte de la humedad necesaria para la formación de nubes de nieve. Los océanos circundando las áreas glaciales suplieron, sin lugar a dudas, el resto. La temperatura fría de las primeras hieleras y la acción de los vientos tenderían a precipitar la humedad de las nubes cargadas” (O Mundo Já Foi Melhor [El Mundo Ya Fue Mejor], pp. 67, 68).
Pero, ¿cómo entender las evidencias de que habría sucedido más de una glaciación? Según Baerg, la actividad volcánica que habría causado la glaciación excesiva debe haber variado considerablemente y el hielo podría haber avanzado y retrocedido varias veces, no ocupando millones de años, necesariamente. Los geólogos creacionistas creen que el hielo cubrió gran parte de las regiones tan solo una vez, y que la evidencia atribuida a otras eras es fruto del trabajo de las aguas durante el diluvio. “Algunos glaciólogos creen que quizás las glaciaciones habrían sido solamente etapas del avance y retroceso de las hieleras durante una única época glacial” (Jean Flori y Henri Rasolofomasoandro, Em Busca das Origens [En Búsqueda de los Orígenes], p. 274).
Duración. En el modelo de Oard, la Era Glacial puede haber durado menos de mil años. “Debemos tener en mente”, escribe Baerg, “que no hubo necesidad de millones de años para desarrollarse una era glacial. Todos los fenómenos ligados al hielo podrían haber sucedido en un espacio de tiempo relativamente corto. No necesitamos pensar que fueron necesarios millones de años para acumular el hielo de las hieleras, una vez que, en pocos meses durante el invierno, grandes porciones de tierra son cubiertas […] La formación y la desaparición de las sábanas de hielo deben haber sucedido entre el tiempo del diluvio y el comienzo de la historia registrada” (O Mundo Já Foi Melhor [El Mundo Ya Fue Mejor], p. 70). Y, tal como recuerdan Flori y Rasolofomasoandro, “la pequeña glaciación del siglo 18 hizo oscilar el límite del hielo alrededor de algunos miles de kilómetros, de norte a sur. La oscilación fue verificada en el intervalo de tan solo 150 años” (Em Busca das Origens [En Búsqueda de los Orígenes], p. 275).
Aunque la Biblia no registre claramente un evento como la glaciación (porque, obviamente, no es su propósito ser un documento geológico), el texto de Job 38:22 puede indicar un clima más frío al principio de la historia bíblica.
Artículo escrito por Michelson Borges, autor del libro A História da Vida [La Historia de la Vida].